A través de la charla “Salir del centro”, la diseñadora Bernardita Brancoli expuso cómo el diseño al trabajar con comunidades debe actuar como un facilitador y movilizador, valorando exclusivamente el patrimonio cultural.

Junto a otras investigadoras, Bernardita desarrolló el proyecto Relanzamiento del Museo de Alhué. Este consistió en recuperar un patrimonio que se encontraba en malas condiciones, con el riesgo inminente de ser cerrado, por falta de recursos, y que en sus inicios había cobrado vida por la iniciativa de la comunidad.

Para llevar a la práctica el relanzamiento, se llevó a cabo un plan de gestión con nuevos ejes de desarrollo y planificación. Además, se realizó un inventario de la colección, trabajo de campo, mapa de actores y reuniones con los fundadores donde se generó que la comunidad se integrara al proyecto: “Para ellos, sus referentes son el museo y la parroquia. Sin embargo, algunos no habían visitado el museo: en una comuna de 4.700 habitantes, había personas que no lo conocían”, comentó Brancoli.

El trabajo se realizó en conjunto con la municipalidad, con el fin de que la misma comunidad administrara el lugar. Se hizo un transferencia de conocimiento para ingresar piezas de manera digital, con el apoyo de un catálogo con medidas de conservación, para lograr un buen estado de los objetos en exposición: “Con este proyecto logramos un componente emocional entre la relación de la comunidad, el museo y la relación con los estamentos gubernamentales”, mencionó la directora de Extensión, Comunicaciones y Centro de Diseño.

La reorganización del lugar y las obras en exposición, con el fin de permitir que cada una tuviera el suficiente espacio para su admiración, permitió que el museo subiera de 700 visitas a 10.000 durante el primer año que se llevó a cabo la ejecución del proyecto.

Baldosas de Santiago

Por otra parte, el proyecto Baldosas de Santiago, financiado por Fondart y también liderado por Bernardita Brancoli, esta vez junto a la diseñadora Joyce Bernstein, buscó que el diseño fuera un activador del patrimonio, aislando un elemento arquitectónico: las baldosas que se encuentran en la comuna de Santiago, Providencia y Recoleta. La investigación y el registro fotográfico buscaron revalorar este objeto decorativo que se ha visto amenazado por la modernidad y el cierre de fábricas de producción.

Las baldosas se encuentran presentes en distintos lugares, veredas, hospitales y zaguanes, cumpliendo un papel fundamental en la higiene de los lugares, sistema gráfico y de señalización. Ese fue el caso del Hospital Salvador, cuyo edificio se encuentra en demolición: “Cuando íbamos a sacar fotos logramos que el hospital sacara las baldosas que tenían nombres de salas para después hacer un testimonio dentro del nuevo edificio”, recordó Brancoli.

Finalmente, gracias a una alianza con la empresa de Baldosas Córdova, se llevaron a cabo distintos talleres para la conservación y fabricación de este preciado objeto.

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