La diseñadora será parte de la exposición «No Space for Waste», en donde estará compartiendo espacio con otros artistas internacionales que trabajan con proyectos sustentables.
Macarena Torres, alumni de la Facultad de Diseño de la Universidad del Desarrollo fue convocada a mostrar parte de su trabajo en una nueva versión del Milan Design Week 2022 durante el mes de junio. Para la diseñadora, que ha enfocado su trabajo en la reutilización de materiales y la sustentabilidad, esta instancia viene a demostrar la variedad de posibilidades que permiten el diseñar con residuos, sin dejar de lado lo estético y funcional.
La exalumna UDD presentará productos hechos a partir de ladrillo y cemento sacado de demoliciones de edificios en Holanda, cuidad donde además reside actualmente. “Normalmente, estos residuos terminan en vertederos en grandes cantidades, incluso en un país que está altamente capacitado para reciclar varios de sus residuos, como lo es Holanda”, explica.
Sobre el punto de partida para crear su muestra, agrega que, “me inspiré en la sutileza del material, lo cual suena casi irónico considerando su procedencia. Me interesa demostrar la versatilidad del material que uso, sin necesariamente crear productos macizos y de gran tamaño. Creo firmemente que los materiales no tienen límite, los límites se los hemos puesto nosotros”.
A pocos días de presentar en la expo, conversó con la Facultad de Diseño y nos contó sus expectativas en relación a la exposición.
¿Cómo recibiste la noticia de que estarías exponiendo en Milán?
El 2021 tuve la oportunidad de exponer en el Dutch Design Week con mi proyecto A Waste Epiphany, el cual consiste en crear productos de diseño a partir de residuos de construcción y demolición. Fue ahí donde el proyecto comenzó a crecer y hacerse más conocido dentro de Europa. Luego de un par de meses, Isola Design, una empresa Italiana que organiza y participa en varios eventos a nivel mundial (quienes me llevaron al Dutch Design Week), me contactaron para ir este 2022 al Milan Design Week.
¿Cómo te has estado preparando para este evento?
Estos últimos meses, más que trabajar directamente con el diseño, estuve estudiando la resistencia del material, y cómo hacer más eficiente el proceso de producción, con el fin de utilizar la menor cantidad de material virgen posible.
¿Cómo impacta este acontecimiento en tu carrera como diseñadora?
Exponer en el Milan Design Week era definitivamente un sueño y una meta en el largo plazo, por lo que me alegra demasiado ser parte de esta importante feria a nivel mundial dentro de los primeros años de mi carrera. Es una muy buena oportunidad para seguir creciendo en el rubro y hacer los contactos necesarios para poder contribuir al medio ambiente en una mayor escala a través de la expansión de este proyecto.
Además, participar en estas ferias significa una mejora inmediata, ya que uno recibe comentarios constructivos que ayudan a mejorar, desde el concepto, diseño, o simplemente entender el valor del proyecto a través de la mirada de la gente.
¿Cuáles son los principales desafíos que tiene esta exposición para ti?
Yo creo que enfrentarse directamente a los líderes en diseño. En el Dutch Design Week, esto no fue un problema, ya que en Holanda está muy avanzado en temas de sustentabilidad a nivel de mentalidad y de desarrollo, por lo que mi proyecto hablaba por sí solo. Creo que en Milán va a haber una mirada más dirigida hacia el diseño de mis productos de manera estética, lo cual, definitivamente, es un desafío ya que los espectadores estarán sumergidos en un mar de diseño durante una semana entera, y hay que intentar dejar una huella en cada uno de los participantes y creo que es lo más desafiante.
Además, esta feria es la más importante a nivel mundial, por lo que se espera un alto nivel de diseño y terminaciones, lo cual es una presión enorme.
¿A qué estás dedicada ahora mismo?
Estoy viviendo en Delft, Holanda. El año pasado estuve trabajando fulltime en A Waste Epiphany y otros trabajos freelance, pero este año empecé a trabajar de lunes a jueves en una empresa como diseñadora gráfica, lo que me permite generar los ingresos que necesito para seguir elaborando más productos.
Me encanta vivir acá, creo que es un muy buen lugar para partir como diseñadora, ya que hay inspiraciones en todos lados literalmente. Además, creo que soy un claro ejemplo de que en Holanda les da lo mismo quién está detrás del diseño, mientras el producto final sea bueno, a diferencia que en Chile, a mi parecer. Llegué acá con cero contactos y me han dado miles de oportunidades que, definitivamente, me han demostrado que no hay límites. En este año viviendo acá, he tenido la oportunidad de exponer en Madrid, Eindhoven, Rotterdam y ahora Milán, lo cual me parecía imposible desde Chile.
¿Cómo crees que contribuyó a tu formación como diseñadora tu paso por esta Facultad?
Creo que el estudiar en una facultad más «chica» (comparada con otras), ayuda y favorece a una relación más cercana y directa con los profesores. Esto me ayudó mucho durante mi carrera, ya que nunca sentí miedo de hacer cosas diferentes, ni de conversar con los profesores para pedir consejos o opiniones. En diseño UDD no somos números, cada uno tiene su estilo y eso es valorado por la facultad. Además, están en constante búsqueda por mejorar y hacer cambios internos para mantenerse actualizados. A nivel de universidad, tuve la suerte de poder hacer dos intercambios, uno en Italia y otro en España, y creo que esto fue parte importante de mi carrera y formación, ya que fui capaz de ver lo que estaba pasando en Europa y desde ese conocimiento, anticiparme a esto antes de venirme a vivir a Holanda.