La estudiante destaca la buena recepción de sus pares y anima a todos a vivir la experiencia.
La alumna de Diseño de Elisava, Barcelona, Inés Escayola, se encuentra realizando un intercambio estudiantil en nuestra Facultad, particularmente en la mención Diseño Gráfico. Sobre su experiencia en Chile, en el ámbito académico y personal, nos cuenta en esta entrevista.
¿Cómo ha sido tu experiencia estudiando diseño en Chile? ¿Qué diferencias has encontrado en comparación con tu país de origen
¡Mi experiencia ha sido inmejorable! Tanto los alumnos como docentes de la universidad han estado desde el primer día muy atentos a mí, intentando ayudar en todo lo posible. Las instalaciones de la UDD son muy buenas, y permiten alcanzar un muy buen nivel de proyectos.
En comparación con España, diría que los chilenos son más acogedores y que la universidad, al tener muchas facultades dentro, en lugar de ser exclusivamente escuela de diseño, permite realizar muchos intercambios sociales con personas de distintos ámbitos.
¿Qué te atrajo de la oportunidad de hacer un intercambio académico en Diseño UDD?
Lo que más me atrajo fue la oportunidad de conocer una cultura distinta, pero a la vez muy parecida: sobre todo en el ámbito social ya que el idioma facilita mucho las cosas. También, el hecho de poder vivir en la otra punta del mundo y poder conocer un país como Chile que ofrece unos paisajes increíbles fue un motivo de peso. Sabía que venía a una universidad muy reconocida en Sudamérica y que eso me podía aportar otros puntos de vista en cuanto al diseño.
¿Qué asignaturas o proyectos de diseño has estado desarrollando durante tu intercambio? ¿Hay alguno que te haya resultado especialmente interesante o desafiante?
He estado cursando ocho asignaturas, de las cuales dos fueron asincrónicas, lo que me parece una manera muy interesante de dejar que el alumno se organice y, sobre todo, de depositar confianza a ambas partes, lo que creo que es muy positivo. Proyectos como los realizados en Componentes del packaging o Producción gráfica han sido especialmente interesantes, porque son asignaturas que se complementan y que tienen una parte teórica y una práctica. El proyecto final de Componentes, consistía en crear un packaging que contuviese objetos para una festividad. En mi caso, escogí la Feria de abril y diseñé un pack de chupitos para poder traer la feria a casa. Además, creé un juego de mesa para que el packaging fuera reutilizable. Fue muy satisfactorio ya que el proyecto fue seleccionado para exposición.
También destacaría asignaturas como Taller de proyectos editoriales, en las que se trabaja como si la clase fuese un estudio de diseño dividido por equipos, pero trabajando para un mismo objetivo. En este caso, la semejanza con el mundo profesional ha sido muy positiva.
¿Cómo ha sido la experiencia de vivir en otro continente y en una cultura diferente?
Para mí ha sido muy enriquecedor, sobre todo porque he visto una cultura tremendamente acogedora y cercana, en la que cada persona que me he cruzado ha intentado hacer de mi experiencia algo increíble. La comida también es muy buena y, por ejemplo, nos ha hecho mucha gracia el concepto de carrete con «completada», en el que cada uno hace su hot dog típico de Chile.
En cuanto al continente, he tenido la oportunidad de visitar no solo Chile, sino países, como Colombia, Brasil o Argentina, que me han dado muchas ganas de volver para descubrir más. Creo que son países que tienen mucho que ofrecer, con culturas y lugares impresionantes que no dejan indiferente a nadie, además de resaltar que no he sentido inseguridad en ningún momento siempre y cuando andes con cuidado y sentido común.
¿Tienes algún consejo para otros estudiantes que estén considerando la posibilidad de hacer un intercambio académico?
¡Que no duden en hacerlo! Que no tengan miedo, al final, cuando vuelvas todo seguirá igual y no te estás perdiendo nada, solo ganando. Creo que todos los que nos hemos ido de intercambio (sea dónde sea) coincidimos en que es una de las mejores experiencias de nuestra vida. Creo que solo te puede aportar cosas positivas, y es una manera de salir de la zona de confort, descubrir nuevas culturas, paisajes y personas que se convertirán en amigos a quienes poder volver a visitar.