El profesor de la Facultad fue reconocido por su aporte en el mundo de la moda y su compromiso con la sostenibilidad.
El prestigioso ranking de Forbes Chile ha publicado un nuevo listado que destaca a los chilenos y chilenas cuyas contribuciones brillan en los campos del arte, la gastronomía, la arquitectura, la fotografía, el cine, la moda, la música, la creación de contenidos y la publicidad. Entre ellos, Guido Vera ha sido reconocido por su notable aporte en el ámbito del diseño de moda sostenible.
“Vera se ha destacado por su propuesta de moda sostenible. El uso de materiales innovadores, como telas veganas, sumado al concepto de sus prendas, lo ha hecho sobresalir en el mercado chileno y latinoamericano de la moda. Formado en la Saint Martin’s School of Art en Londres, Vera ahora reside en Santiago y su trabajo ha sido exhibido en diversas pasarelas europeas”, señaló el medio.
El diseñador y docente de la Facultad de Diseño de la Universidad del Desarrollo cuenta con una marca homónima especializada en prendas genderless, ready-to-wear y cruelty-free. Inspirado en los pueblos y paisajes de la Patagonia, Vera adopta el nomadismo como una experiencia para salir de la zona de confort y reinventar la sastrería. Su propuesta minimalista y sin género utiliza materiales como algodón chileno, VINYLIFE, cuero de cactus (Desserto), algodón pima orgánico (GOTS) y telas de alta tecnología, veganas y biodegradables.
Sobre este reconocimiento, Vera expresó: “Es una validación, pero también un motor para seguir creando mis colecciones y pensar en nuevas formas innovadoras de abordar el mercado chileno”.
¿Cómo recibiste la noticia de ser seleccionado como uno de los 50 chilenos más creativos y qué significa este reconocimiento para ti personal y profesionalmente?
Fue una sorpresa, no me lo esperaba y para mí significa mucho, ya que, a veces, uno necesita la validación de su trabajo porque estamos remando contra una corriente muy grande que es la economía lineal. De alguna manera, a las marcas chicas como la mía siempre son las que más se cuestionan, versus lo que ocurre con el retail que estamos tan acostumbrados. Entonces, para mí es importante generar esta conversación y este diálogo entre personas que puedan entender este negocio, que puedan entender que esto es un camino nuevo y que es una voz para que las políticas públicas y los gobiernos se empiecen a responsabilizar por nuestro trabajo y se empiecen a normar para que, eventualmente, en el futuro, todas las marcas que queremos hablar de sostenibilidad podamos hacerlo de manera más establecida.
En lo profesional y lo personal, es una validación, pero también es un motor para seguir continuando, creando mis colecciones y pensando en nuevas e formas innovadoras de atacar al mercado chileno.
Desde tu perspectiva como diseñador y docente en la Facultad de Diseño UDD, ¿cómo integras tu experiencia profesional y tus logros en el aula para inspirar y formar a tus estudiantes?
Como docente, trato de hablar con mucha realidad del mercado. Este es mi tercer semestre haciendo clases, tengo muchos años más como profesional en la industria y sigo trabajando en ella, entonces, de alguna manera es rico que los alumnos puedan sentir que pueden llegar a lo mismo, que puedan sentir motivación, que sí se puede trabajar y lograr grandes cambios en la industria. El poder dar tips y mi criterio personal para que un producto pueda salir al mercado y que apunte a un público objetivo tanto en Chile como en el extranjero. También, trato de ser realista, tanto mi experiencia personal como mis logros en una sala, se transforman en un diálogo.
En tu opinión, ¿cuáles son las competencias y habilidades más importantes que los futuros diseñadores deben desarrollar para tener éxito en el campo del diseño hoy en día?
Creo que lo más importante es que piensen en propuestas innovadoras en términos de materiales, de ver qué hay en la basura y qué de la basura podemos usar para hacer cosas mejores en el futuro. Creo que, de alguna manera, todos los mercados de la moda sostenible están usando la tecnología, la inteligencia artificial, para desarrollar propuestas que realmente ataquen la huella de carbono, por ejemplo, y poder reducir las colecciones, que se puedan visualizar bien antes de realizarse orgánicamente, es importante que, por ejemplo, los alumnos se sientan comprometidos con la tecnología, pero también con sus talleres o los talleres que vayan a tener en el futuro, de que puedan educar tanto a sus trabajadores antiguos como a los modernos, juntarlos y que haya un traspaso de información y de oficio para que en el futuro podamos tener de las manos: análogo y tecnológico.
La inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes están transformando la industria del diseño, sobre todo en áreas como la sostenibilidad. ¿Cómo abordas estos temas en tu enseñanza y cuál crees que es el futuro del diseño en este contexto?
Yo todavía me estoy adentrando en ello, en ir buscando nuevas alternativas para acelerar los procesos, pero creo que, de alguna forma, todavía nuestros procesos están en una fase inicial, porque para nosotros es importante preservar el oficio, entonces, yo soy 50 y 50; soy parte de la tecnología, pero también soy parte de la mano de obra tradicional.
Mirando al futuro y a la enseñanza, trato de pensar siempre en los materiales, en los no convencionales, en reutilizar, en reducir lo que ya existe, además del uso de materiales a base de vegetal o de basura que se puede convertir el día de mañana en un nuevo algodón, un nuevo poliéster, una nueva lana, seda o cuero, que proporcione soluciones medioambientales y para la industria.
El networking y la colaboración son fundamentales en la carrera de un diseñador. ¿Qué consejos les darías a los estudiantes y jóvenes diseñadores para construir una red profesional sólida y aprovechar las oportunidades de colaboración?
La colaboración es fundamental, porque no podemos hacer todas las cosas solos. Es bueno que los diseñadores jóvenes se puedan juntar con otros diseñadores que sigan sus mismos valores, sus mismas propuestas, que expandan su mercado y no solamente piensen en diseñadores de vestuario, si no que piensen en espacios, videojuegos, aplicaciones, de ambientes, gráficos o cineastas, para que pueda haber un traspaso de multidisciplinas, para poder elevar las propuestas de cada persona y que cada uno pueda hacer lo suyo al 100%. Yo creo que la colaboración es eso, nos abre paso a poder colaborar en espacios donde no somos expertos, pero con personas que sí lo son en ese mercado.