Bryan Benedict dictó una charla donde compartió su trayectoria profesional y los desafíos que enfrenta al trabajar en una de las marcas de juguetes más vendidas del mundo.
A inicios de diciembre, el reconocido diseñador automotriz, Bryan Benedict, visitó la Facultad de Diseño de la Universidad del Desarrollo para conversar acerca de el rubro al cual ha dedicado su vida, e inspirar a las futuras generaciones acerca de sus opciones en el mundo laboral, ampliando su mirada sobre las posibilidades que entrega el diseño.
Para su presentación, Paulina Contreras, directora de Investigación, introdujo la charla acerca de la trayectoria del Key Principal Designer de Hot Wheels®️ y Matchbox®️, e indicó que poder contar su testimonio es muy valioso para los estudiantes y quienes se están formando en esta disciplina. “Como Facultad de Diseño, es un honor recibir a Bryan. Su inspiradora historia de vida y su reconocida trayectoria de 20 años en Hot Wheels son una experiencia de aprendizaje, y un claro referente de cómo el diseño puede trascender fronteras, impactar generaciones y conectar creatividad, industria y mercado a escala global”.
Cuando Bryan Benedict era un niño de cinco años en Turlock, California, le dijo a su mamá que quería ser diseñador de autos. Ella, sin saberlo, le señaló que esa carrera no existía. Lejos de rendirse, unos años más tarde Bryan decidió escribir una carta a la compañía General Motors en Detroit, Michigan, para preguntar si su pasión podía convertirse en una profesión. La respuesta fue un sí rotundo: el diseño automotriz no solo era real, sino que requería estudios específicos, y Bryan no dudó en seguir ese camino.
En 1994, se graduó en Diseño de Transporte del Art Center College of Desing en Pasadena, California. Trabajó 10 años en la industria automotriz con fabricantes como Honda, Mercedes Benz, Mitsubishi, Ford, entre otros, hasta que en 2004 se unió a Mattel y al equipo de Hot Wheels.
¿Cuáles son las claves para el éxito de esta marca icónica de autos de juguete a escala? Para Bryan Benedict, la respuesta es clara. En primer lugar, la accesibilidad. La idea de Hot Wheels es diseñar juguetes de precios asequibles, y hasta hace poco, se podían encontrar por menos de un dólar.
“Si piensas en la inflación y todo, esos autos deberían costar más de 7 u 8 dólares, y hoy cuestan 1,25. Trabajamos muy duro para ser creativos y llegar a soluciones para mantener los precios lo menor posible y, al mismo tiempo, mantener la calidad y la magia del auto”, aseguró Bryan Benedict.
El diseñador indicó, además, que su mayor ventaja es el realismo y la durabilidad de los productos: “Es un producto increíble, creo que no hay ningún otro con ese nivel de detalle y calidad. Es algo de lo que estamos muy orgullosos”.
Sobre el futuro del mercado de los juguetes automotrices, Benedict es optimista, a pesar de que entiende que el escenario hoy es complejo. “Los niños pasan mucho tiempo jugando videojuegos y en TikTok, pero al mismo tiempo, Hot Wheels nunca ha sido más fuerte”, explicó el diseñador estadounidense, quien aseguró que las nuevas colecciones y la incursión en el mundo digital han logrado aumentar las ganancias de la compañía.
La estrategia de estos autos a escala es traspasar los nuevos límites: “Queremos permanecer en esos otros espacios, como el espacio digital. Hay muchas asociaciones y hemos colaborado con varios grandes videojuegos de autos. Eso nos mantiene vigentes porque los jóvenes que juegan los videojuegos reconocen esos autos, los ven y quieren tenerlo en físico también”, manifestó.
Benedict también señaló que han trabajado para ampliar la gama de productos que ofrecen. Inicialmente se enfocaron más en autos clásicos y modelos americanos, pero ahora también incluyen marcas europeas y autos de colección de diferentes épocas.
“No importa si juegan con ellos o no, a veces los dejan en un paquete y los ponen en la pared y los coleccionan. Sigue siendo un producto significativo”, terminó diciendo el director de Diseño, quien, además, aseguró que la compañía ha crecido con fuerza en los últimos años, superando el billón y medio de dólares de ganancias anuales.
Tras la presentación, hubo espacio para una ronda de preguntas y un distendido espacio de conversación, en el cual, tanto estudiantes como invitados fanáticos de los autos, pudieron compartir con Bryan.
“Me sentí honrado de ser invitado a hablar en la Facultad, fue una experiencia maravillosa. El campus en sí es realmente hermoso e impresionante, con un cuerpo docente muy capacitado y un excelente plan de estudios de diseño. Todas las personas que conocí fueron muy cálidas y amigables, y fue fascinante conversar con diseñadores chilenos que comparten mi afición e interés en el mundo automotriz”, expresó el diseñador.