En el marco del lanzamiento de la edición número ocho de la Revista Base, Diseño e Innovación, Diseño UDD, invitó a la bióloga y doctora en Fitopatología, Giovanna Danies. Pero el objetivo no era solo que estuviera presente en ese evento. Fue parte del seminario sobre biomateriales, realizó una charla a estudiantes de pregrado de Santiago y Concepción, y fue parte de un taller en el nuevo Laboratorio de Materiales Sostenibles UDD con alumnos de tercero medio del Colegio Saint George. Incluso, tuvo la oportunidad de ser entrevistada en televisión. Una invitada de lujo que dijo presente en nuestra semana de biomateriales.
Giovanna ha sido reconocida por la iniciativa Diseño Responde del The Index Project y Diseño UDD, y también con el premio L’Oreal-Unesco para Mujeres en la Ciencia. Actualmente, trabaja para la Universidad de los Andes de Colombia.
Es el día previo al evento que se presentará la nueva revista académica. La Facultad realiza una reunión para coordinar con Giovanna todos los detalles de su visita y los eventos a los cuales debe acudir. En su viaje a nuestro país, la acompañan su hija, Elisa y su esposo, Marcelo. Giovanna escucha atentamente la intervención de cada director y profesional. Antes de comenzar esta entrevista, cuenta que pudo visitar Viña del Mar y Cajón del Maipo. Pese a su agitada agenda, destaca lo valioso que es para ella poder conocer tanto los lugares como a las personas que encuentra en el camino.
– ¿De dónde nace su interés por la ciencia y cuándo se dio cuenta de que ese era su camino?
R: En el colegio siempre fui una persona muy curiosa. Esa curiosidad del niño interior nunca la he perdido. Luego en mi vida, a mi abuelo le dio cáncer y en esas ganas de entender cómo eso pasaba, en esa inquietud, me motivó incluso a postularme a la universidad para estudiar medicina. Aun así, cuando me aceptaron, me di cuenta de que no me veía ejerciendo como doctora. Lo que realmente me apasionaba era la investigación, y fue entonces cuando decidí hacer el doble programa de microbiología y biología.
Giovanna que a lo largo de su carrera profesional fue descubriendo áreas del conocimiento que desconocía por completo. Sin embargo, hubo una en especial que la marcó: la fitopatología, el estudio de las enfermedades de plantas. Gracias a la influencia de una profesora, decidió cursar un doctorado en esta especialidad en la Universidad de Cornell en Estados Unidos. Durante ese periodo, pudo comprender desde una nueva perspectiva el verdadero alcance y potencial de la ciencia.
R: Durante mi etapa de formación, trabajaba junto al equipo de investigación publicando artículos científicos, pero rara vez nuestros hallazgos llegaban realmente a las personas que lo necesitaban. Tuve la fortuna durante mi maestría de hacer un intercambio a la universidad donde luego cursaría mi doctorado. Coincidió justo con una pandemia que afectaba precisamente la enfermedad que yo estudiaba en cultivos de papa y tomate. Ver a los agricultores llegar a la universidad llorando desesperados ante la posibilidad de perder su patrimonio, me impactó profundamente. En ese momento, comprendí que lo que hacía podía marcar una verdadera diferencia. Tenía conocimientos que podían ayudar a muchas personas, pero nunca, hasta entonces, como científica, lo había visto tan claramente.
Biodiseño en colegios
Uno de los trabajos más relevantes que ha liderado Giovanna, trata sobre el biodiseño como propuesta pedagógica para promover metodologías de aprendizaje activo y enseñanza basada en retos. Esta propuesta busca desarrollar competencias clave en los estudiantes, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas complejos, el trabajo en equipo y la comunicación transdisciplinar. A través del biodiseño, se propone una educación que conecta a los jóvenes con las necesidades locales desde una perspectiva global, impulsando así la innovación en el ámbito escolar.
Biodiseño en colegios es un libro escrito por Danies y colaboradores que tiene como objetivo formar a docentes en una metodología interdisciplinar, que integra el Design Thinking, la observación de la naturaleza y la comprensión de la biotecnología.
– ¿Cómo llegó a formar el biodiseño?
R: El biodiseño viene desde la oportunidad de trabajar junto a profesores de diseño, quienes aportan enfoques creativos y metodologías de enseñanza activa, poco comunes en las ciencias. Mientras en la enseñanza científica tradicional el profesor sabe desde el primer día exactamente que contenidos se verán hasta el final del curso, en diseño, el aprendizaje se construye a través de proyectos, y el resultado final es incierto. El profesor puede tener una idea general, pero no sabe con exactitud qué realizará el estudiante. Eso para mí fue revelador. Comprendí que cuando uno trabaja en torno a una problemática que realimente le apasiona, el aprendizaje se potencia. La motivación personal transforma el proceso educativo en algo mucho más significativo.
– ¿Por qué combinar el diseño con la ciencia?
R: En el ámbito científico, a menudo se tiene la percepción equivocada de que las disciplinas creativas solo se encargan de “hacer cosas bonitas” o de comunicar bien. Sin embargo, el diseño tiene metodologías cualitativas de investigación muy potentes para comprender las necesidades reales de las personas. Hoy, vivimos en un mundo que exige enfoques interdisciplinares e incluso transdisciplinares. Estos proyectos permiten conectar colegios con universidades y con la industria, rompiendo la tradicional desconexión entre estos sectores. Al articularnos, logramos que el impacto y el alcance de los proyectos sean mucho mayores.
– ¿Qué impacto genera este tipo de aprendizaje en los estudiantes?
R: Cuando uno los estudiantes descubren que desde el colegio pueden emprender o pueden cambiar su entorno, su nivel de motivación cambia profundamente. Se dan cuenta de que no son actores pasivos dentro del sistema educativo, sino que pueden involucrarse activamente en la creación de soluciones tanto para su institución como para su comunidad.
Giovanna cuenta que hoy ha expandido su libro de Biodiseño en Colegios con nuevas iniciativas, entre ellas el programa Atarraya STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). Una de las estrategias más innovadoras de este programa utiliza la magia como vehículo para despertar el interés de los jóvenes. A través de un espectáculo inspirado en conceptos de las distintas áreas STEM, el mago finaliza con la frase de “esto no es magia, es ciencia”.
“Lo que hacemos es reconectar a los estudiantes con la curiosidad y el asombro. Nos dimos cuenta de que esta experiencia también impactaba a los profesores. Muchos de ellos aprendieron técnicas de arte escénico, cómo proyectar la voz y cómo captar la atención del público. Son habilidades que a veces se consideran ajenas a la docencia, pero que son fundamentales. No se trata solo de saber, sino de cómo lograr que los estudiantes aprendan”, afirmó Giovanna.