Iniciativas fueron valoradas por su consideración con el usuario y sensibilidad.
Crear un espacio sanador y terapéutico para el área de Psicología y Psiquiatría Infantil del Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna. Ese fue el desafío para los estudiantes del Taller de Espacios III. El proyecto, que forma parte del programa RED, se enmarca en la alianza de la Facultad con la Fundación Inspira. Esta colaboración, buscó unir el diseño, salud y formación académica con un objetivo común: hacer de los entornos hospitalarios lugares más humanos y conectados con la naturaleza.
La Fundación Inspira ha centrado su trabajo en transformar espacios en áreas verdes de encuentro y contención en el Hospital Salvador, creando a la fecha 16 jardines sanadores. También han replicado este tipo de proyectos en el Hospital de Niños Luis Calvo Mackenna, Roberto del Río, Pequeño Cotttolengo y Coaniquem.
En el cierre de este RED, estuvo presente Orielli Domínguez, directora de Proyectos de la Fundación Inspira, quien agradeció el trabajo de los estudiantes y recalcó el compromiso de todas las entidades para que éstos pudieran llegar a una propuesta íntegra y que cumpliera con los objetivos de un jardín terapéutico. “Aquí hay ideas innovadoras, que pese a estar a nivel académico, tiene un mundo de exploración. Es súper positivo ver que lo abordan desde una problemática que tienen que resolver para la salud del paciente”, afirmó Domínguez.
La coordinadora de la Unidad de Psicología del Hospital Luis Calvo Mackenna, Nicole González, valoró el sentido interdisciplinario del proyecto y la manera en que los estudiantes consideraron a los pacientes en sus trabajos. “Hay un salto importante de calidad en los trabajos desde la primera vez que entregamos feedback. Las propuestas que he visto tienen una sensibilidad particular con los niños, con su infancia y logran comprender al usuario. Está presente en sus trabajos el transmitir calma a los niños, estímulos controlados, teniendo en cuenta que estos no lleguen a desregularse”.
Vicente Rodríguez, estudiante de la mención de Espacios y Objetos, explicó que “trabajamos con plantas, el concepto de jardines terapéuticos y con las condiciones psicológicas de los niños. Hubo que unir todos estos elementos para poder trabajar y generar un ambiente y un lugar diseñado para ellos”. Además, valoró la oportunidad de poder trabajar con el hospital y la fundación, haciendo énfasis en que proyectos de este tipo logra asemejarse y los prepara a cómo será en un futuro su entorno laboral.
La estudiante Esperanza Arenas, también formó parte de esta iniciativa. La futura diseñadora cuenta que buscó en su proyecto poder generar un lugar que emitiera lo más posible luz natural y donde los niños pudieran también entretenerse con diversos juegos sensoriales. “Fue una experiencia super llenadora. La primera vez que fuimos al hospital nos permitió entender que había que pensar en un entorno que pudiese abarcar más de una necesidad y eso fue desafiante, pero para ello fue clave el trabajo con la fundación”, afirmó Arenas.