Sebastian Rozas

«Al ser la primera versión del diplomado, la sensación de tirarse al agua y experimentar algo nuevo, crearon una espacio de aprendizaje muy fértil. Fue muy entretenido hacer una progresión entre las clases más teóricas y el aprendizaje de electrónica para probar nuestras  ideas. Resultó estimulante el grupo de gente que cursó el diplomado, ya que había una gran cantidad de conocimiento que se logró reunir y compartir. Creo que el diplomado es una buena oportunidad para desarrollar obsesiones propias. En mi caso me gusta la idea de crear un arquitectura con la energía de las personas. Esto se tradujo en una «fiesta inflable» proyecto que desarrollamos con mi amigo Davor Petricio. Combinamos distintas plataformas de programación y el resultado nos dejó muy satisfechos.»