Lo que comenzó como un trabajo de Taller de Espacios V, terminó siendo parte de la más reciente edición de la Semana de la Madera 2022.
Se trata de la XVII versión de la feria de innovación en madera más grande del continente, la cual volvió a su formato presencial el pasado miércoles 19 de noviembre en el Parque Bicentenario de Vitacura, tras dos años de realizarse de manera online. El evento consistió en diversas actividades, conversatorios y encuentros ligados al desarrollo maderero, con una muestra que fue visitada por más de 15 mil personas, según datos de la organización.
Durante la inauguración oficial se dieron a conocer los ganadores, finalistas y menciones honrosas de los cinco concursos organizados por Madera21, entre los cuales se encontraron las categorías de Ingeniería y Construcción, Innovación y Start-Ups, Arquitectura en Madera, Votación online del público y Diseño.
En esta última categoría fue que nuestras alumnas Catalina Howard y Savka Paredes, ambas de la mención Espacios y Objetos del Taller de Espacios V, a cargo de los profesores Enzo Anziani y Gabriela Gutiérrez, fueron seleccionadas dentro de los finalistas para exponer en la Semana de la Madera.
El encargo consistía en diseñar un habitáculo en el cual los alumnos trabajaron durante todo el semestre. En el caso de este proyecto en particular, el refugio fue pensado para construirse en San José de Maipo. “El proyecto buscaba mimetizar el diseño y el medio ambiente con el fin de construir un entorno que no irrumpa el espacio, si no que se adapte junto con él. Para esto nos enfocamos en la utilización de recursos naturales, como la madera y formas orgánicas, que nos permitieran generar un encuentro lo más pasivo posible”, explicó Catalina Howard.
Por el clima cambiante de la zona escogida, las estudiantes debieron pensar en todas las variantes de construcción. “Decidimos incorporar un revestimiento que tenga la capacidad de cambiar con la trayectoria del sol a partir de un sensor crepuscular. El diseño se basa en dos planchas de madera terciada de 244 x 120 las cuales corresponden al formato en el cual se comercializa a nivel nacional. Esta sería incorporada dentro de la construcción de nuestro refugio sobre los tabiques exteriores. De esta manera generamos una fachada modular, la cual se adapta a su contexto natural de una manera sutil, al igual que la luz y sombra de las ramas de un árbol”, agregó. La gracia, es que el refugio nunca se verá igual a medida que avanza el día o durante los cambios de estación.
Sobre los aspectos más técnicos, Howard explicó que, «teníamos la interrogante de cómo asegurar que nuestro revestimiento podría resistir los cambios climáticos de la zona, desde calor y sequía extrema, hasta nieve. Para esto encontramos el “lasur”, un recubrimiento que deja un acabado “a poro abierto”, esto quiere decir, que permite a la madera respirar para regular la humedad y facilitar su salida”.