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Experiencias docentes, Valeria Lobos: «El diseño no sólo implica hacer cosas bonitas y funcionales, requiere flexibilidad, resiliencia y mejora continua”

“La disciplina es el puente entre las metas y el logro”. La frase de Jim Rohn, destacado empresario estadounidense, sintetiza a la perfección la manera en que esta docente enfrenta la vida y dicta sus clases: “yo soy muy disciplinada y me gusta transmitirlo a mis estudiantes, ya que creo que esta conducta permite generar buenos resultados en el tiempo, al igual que la motivación y la capacidad de visualizar las problemáticas con una mirada positiva”, dice, y enfatiza el compromiso que representa enseñar. “Ser parte de la historia de alguien es una tremenda responsabilidad, pues lo que diga como profesora puede incidir en su decisión de continuar o retirarse de la carrera”.

UN APORTE PARA EL MUNDO

Ese “dejar huella” que esta diseñadora de ambientes y objetos de la UDD valora sobremanera: “me interesa que los alumnos conozcan el impacto que produce el diseño en la gente y la sociedad en general y cómo con su trabajo pueden contribuir a provocar un cambio significativo”.

Toma de conciencia que esta profesora empezó a inculcar en los futuros profesionales de esta disciplina desde que llegó a la Universidad del Desarrollo en 2018, dictando, a partir de esa fecha, diversas asignaturas, como los cursos de Diseño Paramétrico y Fabricación Digital, gracias a su vasto conocimiento en modelación 3D; y los Talleres de Espacios y Objetos II y III, último ramo que imparte hasta la actualidad y al que se sumará el segundo semestre el Taller de Objetos IV. “Me gusta que los estudiantes vayan evolucionando, conozcan sus fortalezas y puedan trabajar sus debilidades y para eso es esencial su seguimiento y monitoreo”, comenta.   

Un impulso a ser proactivos, que Valeria Lobos y su co-docente Carla Soto supieron promover en su último proyecto del Taller de Espacios y Objetos III.

Habitar en la emergencia y el riesgo

La iniciativa, realizada durante los primeros meses de 2023, estuvo dirigida a los futuros diseñadores que cursan el sexto semestre, teniendo como encargo la identificación de un usuario específico para un determinado evento de emergencia o un lugar de difícil habitabilidad: “Los estudiantes debían plantear un proyecto acotado a modo de habitáculo o uno más pequeño, considerando la escala persona; analizando a un usuario, la actividad que efectúa y su lugar de emplazamiento”, detalla Valeria Lobos y añade que, “siempre este taller se enfoca en buscar una problemática que sea más general y cercana a la realidad, teniendo en cuenta el contexto y enmarcándose en un ODS (Objetivo de Desarrollo Sustentable), que en este caso fue  el ODS13 vinculado al cambio climático, ya que es un tema que le interesa mucho a las nuevas generaciones”, acota.

El encargo se inició con un diagnóstico para visualizar el estado del alumno y luego derivó en la pesquisa del problema, haciendo un trabajo colaborativo en clases y con retroalimentación: “Lo bueno es que los estudiantes tuvieron la oportunidad de hacer una propuesta de principio a fin, donde el control estuvo a su cargo, reforzando su autonomía y seguridad… ¿El resultado? Proyectos individuales de alta viabilidad y que, incluso, pueden ser continuados como título. Esto los acercó a la realidad y demostró que con su labor pueden impactar de manera positiva en algo que a simple vista parecía negativo”, dice la docente.

Para el oportuno aprendizaje, durante las etapas del proceso se emplearon diversos instrumentos de empatía (como retrato y entrevista, usando Compass y Teachers Guide); de definición (mapa conceptual y foco, entre otros) e ideación de propuesta (registro de observación AX4, análisis formal y comparativo).

“Durante el curso dimos especial énfasis a la presentación digital y la exposición de las metas conseguidas, sobre todo en el caso de las planimetrías, las visualizaciones y el lenguaje de los detalles constructivos”, acota.

EN ALERTA PERMANENTE

Un estar atenta a las necesidades de los diversos grupos de alumnos, que también aplica al instante de mantener la vigencia académica y respecto de la industria. “Innovar en prácticas formativas es esencial, pues permite prever y visualizar problemáticas; por eso y para ser docente hay que estar constantemente actualizándose y estudiando para así enseñar lo último de la disciplina”, asegura, y agrega que una de las tendencias que más le entusiasman hoy en día son la realidad aumentada y la neurociencia aplicada a los espacios. “Creo que es súper interesante conocer cómo este tema científico se relaciona con el creativo y juntos se transforman en un match a la hora de diseñar”, sostiene.  

Y no sólo eso, también destaca la importancia de aprender de las experiencias. “La pandemia nos hizo darnos cuenta como profesores que estábamos siendo un poco rígidos al educar; nos permitió humanizar más las aulas y ponernos en el lugar de los estudiantes al volver a las clases presenciales. Además, nos dio la posibilidad de evaluar otros recursos para el aprendizaje. Por ejemplo, si sé que los alumnos tuvieron entrega de otro ramo el día anterior, tratar de hacer una sesión más relajada o generar instancias de distensión y trabajo colaborativo para promover el vínculo”, señala.

“Si tuviera que darles una recomendación a mis alumnos, sería a no desesperarse y caer… A pensar que no todo siempre es fácil, que existe harta competencia, pero con trabajo duro, paciencia y resiliencia lograrán todas sus metas”, aconseja Valeria Lobos.

MÁS ALLÁ DE LA ZONA DE CONFORT

Una pedagogía que surgió a partir de dictar clases de joyería y donde intuyó que se sentía cómoda enseñando un oficio y relacionándose con la gente. “Yo era de las típicas jóvenes que no sabían qué estudiar, por lo que cuando llegó la instancia de dar la prueba de admisión universitaria, opté por la alternativa que más me tincaba: Diseño en la UDD… Siempre tuve habilidad manual y buena motricidad fina, pero nada más. Cuando terminé la carrera, continuaba a la deriva y mientras trabajaba en una consultora de innovación, decidí llenar mi tiempo libre con algo que me gustara, así recordé que había hecho durante la universidad un curso de orfebrería y quise retomar este oficio asistiendo a un taller en Joyas Diez, con tan buen resultado que me ofrecieron quedarme y dictar clases ahí (…). Fue así como en esta empresa aprendí muchísimo, tanto de joyas como de la incidencia que tiene la emoción al momento de enseñar y vender”, recuerda risueña.

 Y el aprendizaje en esta joyería fue la puerta de entrada para comenzar su faceta de profesora en la UDD. “Durante el tiempo que estuve en Joyas Diez participé de un Fondo Regional de Apoyo al Emprendimiento (PRAE) y pude aprender modelación en 3D, aparte de conocer esta industria tanto en Chile como en el mundo y asistir al  HKTDC (Hong Kong International Jewellery Show) y al IJT o International Jewellery de Tokio”, cuenta. Una experticia que le valió la invitación a formar parte de nuestra casa de estudios, dictando inicialmente los cursos de Diseño Paramétrico y Fabricación Digital.

Durante su trayectoria docente destaca especialmente su participación en TIDEM y la posibilidad de ser coordinadora de la Red de Agentes de Cambio, RedBíos UDD, en 2021 y 2022. “Esta última experiencia me permitió buscar otras áreas de desarrollo y comprender que la docencia también conlleva salir de la zona de confort para conocer lo que se está haciendo a nivel regional y ampliar de esta forma el espectro del diseño. Gracias a esta iniciativa pude profundizar en el tema de los ODS y aplicarlo a mis clases”, enfatiza.   

EJEMPLOS PARA SEGUIR

Si de referentes profesionales se trata, Valeria resalta el legado de Gaudí en materia arquitectónica y que descubrió en primera persona al irse de intercambio académico a España; también a Dieter Rams de la Escuela de la Bauhaus y autor de “Los10 principios del buen diseño” y al Estudio Nendo del diseñador nipón, Oki Sato. En libros, uno de sus más preciados es “Habitar” de Juhani Pallasmaa.