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Experiencias docentes, Francisco Javier Cortés: «Uno de los grandes desafíos, tanto del diseño como de la comunicación, es pensar interactivamente»

Jane McGonigal la afamada diseñadora y escritora estadounidense dijo alguna vez: “los juegos desafían al ser humano para un mejor uso de sus fortalezas, eliminan su miedo al fracaso y maximizan sus posibilidades de éxito (…)”. Competencias que Francisco Javier Cortés pretende fomentar en cada estudiante de la mención Diseño de Interacción Digital que asiste a sus clases. “Llevo en la UDD desde 2018 y hago los Talleres  de Diseño de Videojuegos y Producción Web. El primer ramo, la gente suele identificarlo con ese nombre, pero a mí me gusta llamarlo Narrativa Interactiva, porque los videojuegos son productos que involucran muchos ítems y durante la carrera y en una sola cátedra no alcanzo a pasarlos todos, por lo que prefiero enseñarles aquellas herramientas que les permitan contar una historia con pocas cosas, pero donde puedan transmitir mucho”, explica. 

ALICIENTE PARA LA CREATIVIDAD 

Para avanzar en el corto plazo, este Comunicador Audiovisual y Multimedial asumió el desafío de dictar su asignatura de manera condensada y durante el segundo semestre de mención. “Antes de que yo llegara a esta Casa de Estudios, se introducía a la materia durante los dos primeros meses y después se comenzaba a abordar los motores de videojuegos, demorando otro tiempo en actualizar y capacitar a los alumnos para que hablasen el mismo lenguaje, luego venía la práctica y materialización de los productos. Por lo mismo y para optimizar el proceso de aprendizaje, decidí trabajar los proyectos desde el primer día con los estudiantes”, enfatiza el profesor. 

Una apuesta que ha dado excelentes resultados, como el Premio Excelencia Académica UDD, que recibió este año.  

Cuando la narrativa se hace al andar 

Esta experiencia docente permite a los estudiantes adentrarse en el mundo de los videojuegos de forma didáctica y expedita, pues, como señala Francisco Javier, “la idea es darles un pequeño encargo cada semana y que, básicamente, vayan efectuando lo mismo que yo para después reinterpretar y conseguir lo que deseen”, detalla y profundiza: “por ejemplo, yo les explico la manera en que puede caminar un personaje, pero ellos pueden hacerlo moverse de otra. Así, y al maximizar los recursos, se entrega la técnica y, paralelamente, se crean los distintos productos”. 

Con esta metodología, los participantes de esta asignatura adquieren al menos dos habilidades: “aprenden a armar y a jugar con el juguete y además, se despierta en ellos la curiosidad de transformarlo y aumentar su funcionalidad”, enfatiza el docente.  Luego, al finalizar el semestre, se comparte en una maratón de videojuegos donde el curso completo analiza y valora la labor llevada a cabo por el resto de sus compañeros.  

Este es el afán de progresar que Francisco Javier Cortés tiene presente al ejercer su docencia. “Siento que la innovación es intrínseca a este tipo de carreras, está en el ADN de los diseñadores y profesionales vinculados con esta disciplina. Por ejemplo, yo como profesor siempre estoy preguntándome qué hay de nuevo, cómo puedo integrar la animación e interactividad al diseño, o darle una vuelta a mis cátedras para que funcionen mejor”. 

“Mi recomendación para los futuros diseñadores es que estén actualizándose; que tengan presente que quizás lo que ahora saben y está boga, probablemente mañana estará obsoleto. Eso disminuirá su frustración y despertará en ellos la curiosidad constante”, afirma este Comunicador Audiovisual y Multimedial. 

El Licenciado en Animación Digital agrega sobre su metodología que, “para mí el análisis de audiencia con mis alumnos es vital y, constantemente, estoy levantando sus opiniones.  Las sesiones más técnicas las grabo en Youtube para que sepan cómo concretar sus ideas y aprovechamos las instancias presenciales para discutir y pensar la manera de optimizar el aprendizaje en materia de videojuegos o programación web”. 

Al hablar de desafíos al momento de instruir a los futuros diseñadores, este docente los resume en tres: “primero, enseñarles a pensar interactivamente; segundo, a que lo hagan teniendo en consideración al cliente y tercero, inculcar en ellos la curiosidad”. 

También le interesa imprimir en su alumnado la certeza de que el desarrollo de videojuegos es alcanzable y que la escalabilidad depende de ellos. “Siento que el valor del diseño radica en la generación de empatía a través de la creación de productos y/o servicios que sirvan realmente a los usuarios y que tengan en cuenta su dolor, los medios que usan o dónde navegan”.  

LA MAGIA DE LA INTERACTIVIDAD 

El deseo de saber más, Francisco Javier lo cultivó a temprana edad. “Desde niño me gustaba consumir historias y narrativas. Y aunque en esa época nunca jugué videojuegos, porque en mi casa no había consolas, siempre me llamaron la atención, pues en ellos se construían relatos a partir de monitos animados y el empleo de diversos botones, ¡era un mundo fascinante! Cuando crecí y pude estudiar, aprendí cine, televisión y comunicación audiovisual, incorporando la multimedia y las herramientas de la animación digital”, sintetiza, destacando durante su trayectoria laboral la experiencia de realizar teatro interactivo. “Participar en obras como Santiago high tech o El hombre que dio de beber a las mariposas, me permitió mezclar todo lo que me gusta y combinar simultáneamente puesta en escena, actuación, iluminación, interactividad y animación 2D y 3D, entre otros. Y es que el teatro produce esa magia y si más encima la experiencia es interactiva y multimedial, ¡más maravilloso aún!”. 

SUS PRINCIPALES INFLUENCIAS 

Durante su evolución profesional, ha simpatizado con distintas tendencias, entre ellas, las artes mediales. “Creo que todo lo que tuvo que ver con el low tech usado en los años ‘80 y ‘90 influyó en mí, también el arte de lo sonoro que propuso John Cage, puesto que me enseñó que con poco se puede obtener mucho… El minimalismo y la oportunidad de jugar con arduinos fueron la base para empezar a producir interactividad”. 

Si de referentes se trata, este profesor se declara amante de las comunicaciones: “Por ejemplo, me gusta mucho Castells, la comunicación es poder, Umberto Eco, Scolari y Henry Jenkins, uno de los autores que introdujo la narrativa transmedia, donde el relato se despliega a través de diferentes plataformas”. 

Como dato curioso, Francisco Javier cuenta que una de sus herramientas fundamentales para enfrentar el día a día, es llevar consigo un bolso lleno de cables. “En mi mente todo se puede conectar y también ando con mi notebook, porque siempre estoy planificando nuevos mini proyectos”, dice risueño.