Robin Mathew, el reconocido diseñador indio, dijo alguna vez que, “el diseño es el lugar donde la ciencia y el arte llegan a un punto de equilibrio”. Una postura que parece compartir este docente UDD al sostener que, “los alumnos de diseño deben comprender que este tipo de proceso es bastante más complejo y técnico de lo que aparenta (…); que esta cosa medio artística de creer que únicamente conlleva dibujar o saber de formas, proporciones y colores es muy simplicista, pues implica un largo camino a recorrer, donde deben involucrarse con otras disciplinas para tener una visión más holística y responsable de su quehacer”.
No por nada se dice que el diseño es per se innovación y que apunta a la mejora continua de productos y servicios, además de al bienestar social. Como explica este destacado arquitecto y profesor, “los diseñadores deben hacerse cargo de proyectos de mayor envergadura, interactuar con otros profesionales y manejar las bases de diversas actividades, para efectuar una labor más acabada, con una mirada amplia de la realidad y donde el trabajo colaborativo sea esencial”.
DEL RETAIL A LAS AULAS
Su experiencia laboral le valió la invitación a integrar el staff de docentes de la UDD. “Yo llegué a la universidad en 2010. En esa época tenía una oficina de arquitectura y me dedicaba a diseñar tiendas de retail, pero Ian Tidy, director de la mención Diseño de Espacios y Objetos, me tentó con la posibilidad de hacer clases y altiro contesté que sí, porque me interesaba el mundo académico”, recuerda Anziani y agrega, “mi primera asignatura fue Taller de IV año, que he hecho casi toda mi trayectoria como profesor, y está orientada a aplicar los conocimientos más técnicos. También está el Taller Integrado, que mezcla varias menciones; además he efectuado el Taller de Título, que me gusta mucho porque es el primer instante en que el alumno puede hacer un proyecto completo, desde el inicio y hasta el final, y previo a su egreso. Aparte he participado en un montón de iniciativas, como certificaciones, un viaje a la Universidad de Stanford y el Biodesign Challenge, por lo que me siento muy comprometido y vinculado con la Facultad”.
MEJORANDO EL PLANETA
Este último programa educativo es una competencia internacional que está formando a la primera generación de biodiseñadores del mundo; estudiantes de diferentes latitudes son seleccionados para presentar sus propuestas frente a referentes de variadas industrias como: arte, ciencia y diseño, con el objetivo de crear, visualizar y criticar aplicaciones transformadoras en el ámbito de la biotecnología. Tal y como enfatiza Enzo Anziani, “la intervención en este concurso se da dentro del marco del Taller Integrado que se lleva a cabo el segundo semestre, e involucra a las menciones de Interacción Digital, Moda y Gestión, Gráfico y Espacios y Objetos. Es una tarea multidisciplinaria donde los diseñadores en formación deben asumir roles y aplicar sus conocimientos. Metodológicamente y en colaboración con otra docente que es investigadora, química y doctora, los ayudamos a tomar las mejores decisiones acorde a sus intereses y los vamos conduciendo en esta indagación para que hagan realidad su propuesta”.
Para lograr este propósito los estudiantes deben cumplir con una serie de requisitos, por ejemplo, abordar temas que mitiguen la crisis climática y considerar los objetivos de desarrollo sustentable de la ONU, entre otros. “La idea es desarrollar proyectos con impacto, que sean innovadores y contribuyan a resolver las problemáticas desde una perspectiva respetuosa, moral y responsable, tanto con el medio ambiente como con los sistemas biológicos”, resume.
Dos aciertos: Caco y Strong Gum
Si a experiencias docentes se refiere, Enzo Anziani resalta el alcance de las iniciativas Caco y Strong Gum en el concurso Biodesign Challenge. El primero, que estuvo dentro de los seis finalistas, se concretó en un dispositivo de tratamiento de agua, que emplea carbonato de calcio para purificarla de la contaminación de metales pesados, a través del uso de cáscaras de huevo y concha marina, permitiendo así el consumo humano. “Este componente se utiliza tanto en la medicina como para fabricar cemento y tiene la particularidad de que se puede adosar a las moléculas de metales pesados. El equipo de alumnas que lideró esta propuesta efectuó un método o sistema para transmitir el carbonato de calcio en el agua, friccionándola y consiguiendo un líquido más limpio”, explica.
Otra propuesta que rindió frutos fue Strong Gum, una goma de mascar potenciada con proteínas que, además, es biodegradable y cuyas estudiantes recibieron el reconocimiento del público durante la competencia internacional. “En este caso las participantes apostaron por crear chicles con savia de árbol y otras recetas de polímeros biobasados o biológicos, inventando una especie de suplemento alimenticio para deportistas de alto rendimiento o personas con déficit proteico”, comenta. “Como docente es sumamente satisfactorio que los diseñadores en formación enganchen con estas temáticas, aprendan de otras disciplinas y comprendan que el diseño es mucho más que estética”, enuncia.
LA IMPORTANCIA DE ESTAR AL DÍA
Por todo lo anterior, para Enzo Anziani mantenerse vigente es vital. La adaptabilidad del docente es una obligación tácita, e involucra comprender a la sociedad en su totalidad social, profesional, y adecuar los conocimientos a la velocidad de lo que ocurre hoy. El desafío está en traspasar esa información de forma oportuna a los alumnos y haciéndoles ver que siempre deben estar estudiando, que la capacidad de adaptarse a las condiciones que enfrentan es una de sus principales competencias”.
Y destaca la visión global que le aportó su primera carrera: “La arquitectura me enseñó que uno debe saber de todo y, desde ese punto de vista, me he preocupado de estar en constante aprendizaje para ser un guía efectivo para mis estudiantes, por eso creo que la integración de conocimientos es fundamental para ser creativo e innovador”.
POTENCIANDO LOS ESPACIOS
Su vocación, reconoce que la fue forjando con el paso de los años. “A mí siempre me entusiasmó el diseño, pero estudié arquitectura aconsejado por mi padre, quien pensaba que esta disciplina me daría un futuro más promisorio y también una visión más integral de la profesión. Y, la verdad, me encanta la carrera, pero a una escala más pequeña, por algo desde que egresé me dediqué a diseñar tiendas”, comenta.
El docente recuerda los proyectos que marcaron un antes un después en su trayectoria laboral: “Para mí hay tres momentos. El primero, cuando desarrollé distintos locales para la marca internacional Benetton. El segundo, cuando tuve la suerte de trabajar por varios años en Interdesign, sindicada como la tienda top en mobiliario e iluminación de lujo en Chile y donde se me abrió el mundo y pude viajar al extranjero a ferias de renombre y, en tercer término, la puesta en marcha de locales comerciales e imagen corporativa en puntos de venta de Rosen”.
EN BUSCA DE UN DISEÑO DE AVANZADA
Acerca de las corrientes y profesionales que han incidido en su carrera, Enzo señala que, “cada día tengo menos referentes, pero el deconstructivismo influyó de alguna manera en lo que hago hoy en día, también profesionales de renombre como Aldo Rossi y del diseño italiano en general y, sobre todo, el arquitecto Marcel Breuer, ¡quien con sus obras y estilo han impactado en mi vida!”. En cuanto a metodología, usa el proceso de Design Thinking a la hora de investigar y también software de modelado de información para la construcción o BIM (Building Information Management), que pretende materializar los proyectos de diseño de espacios con herramientas digitales y de forma disruptiva, utilizando tres dimensiones en vez de dos. En consecuencia, se posibilita la materialización de objetos o edificaciones de forma inteligente y automatizada.
